DE LO ORAL A LO ESCRITO Y A LO AUDIOVISUAL


(Con un acercamiento crítico a los discursos de J. Habermas, A. Havelock, W. Ong,y  J. Goody).

 

Por Antonio Rodríguez Almodóvar

I

El apasionante conflicto entre oralidad, escritura e imagen, no deja de producir importantes materiales para la reflexión, y ha alcanzado en los últimos tiempos lo que podríamos denominar una tercera fase. La primera fue la que tuvo lugar con la aparición de la escritura; la segunda, con la de la imprenta. Esa tercera dimensión es el salto, más o menos directo, de algunas historias de tradición oral al cine y a otros medios audiovisuales.. (El paso intermedio por la imagen fija, las ilustraciones,  puede considerarse como complementario de la escritura, o a la inversa). Hoy nos interesa ocuparnos de la correlación más o menos directa entre oralidad y lenguaje icónico en movimiento.

A los productos de la factoría Disney se han sumado iniciativas más modestas, en cuando a recursos técnicos utilizados, pero de orientación muy diferente, como la que yo mismo llevé a la televisión, en calidad de guionista, con  tres pequeñas series para Canal Sur TV, entre los años 93-95. basadas en otros tantos cuentos populares de tradición andaluza, y de la hispánica en general: El Príncipe Encantado, La princesa que nunca se reía y Mariquilla ríe perlas.

      Entre los materiales aludidos al principio es de obligada referencia el libro de Eric A. Havelock, La musa aprende a escribir) (Paidós, Barcelona, 1996) (El original es diez años anterior). Esta obra resume los conflictos históricos que se han dado en la primera fase, es decir, en el paso de lo oral a lo escrito, con las inquietantes tesis de lo que podríamos denominar el Círculo de Cambridge-Yale, con Walter J. Ong, Jack Goody o el propio Havelock, entre otros investigadores. Ellos  han  analizado el poder de la escritura sobre la conducta humana en diversos aspectos, y de modo principal las profundas transformaciones que se dieron en la sociedad antigua al aparecer la escritura griega; también los conflictos del tránsito de la oralidad primaria a la escritura, en los que siguen inmersos muchos pueblos actuales, que no por eso debemos considerar “incultos”. Problemas que, por cierto, se repiten en el seno de los grupos analfabetos que subsisten en las sociedades desarrolladas, como fue el campesinado andaluz hasta hace bien poco, y con importantes bolsas todavía de semi-alfabetización adulta. (De la tradición oral de esos grupos fue de donde extraje las bellas y complejas historias que luego pasé a la televisión, con toda su autenticidad “primitiva”).

       El debate generado por esos problemas afecta, cómo no, a qué sea la cultura misma,  para qué sirve y a quiénes sirve; cuestión capital que, desde un punto de vista antropológico, no está ni mucho menos resuelta. Decía Vladimir Propp (a quien por cierto estos estudiosos, y otros de la misma órbita, ignoran casi por completo) que “El comienzo de la literatura es folklore traducido en signos gráficos” (Edipo a la luz del folklore, Ed. Fundamentos, M., 1980, p. 162). De lo que aquí hablaremos, pues, es de los cambios sociales  y psicológicos que se producen cuando un pueblo pasa a escribir sus tradiciones orales, transformándolas en ese mismo tránsito -en el mejor de los casos-, u olvidándolas  -en el peor-; más qué ocurre con la adquisición de historias nuevas, de creación culta, impuestas por la cultura dominante; de la conmoción que todo ello acarrea en el mundo de los símbolos y  de los valores sociales, cuando se trasladan al influyente medio televisivo, que entonces se convierte en el portador de una pseudo cultura oral ... Sin duda demasiadas cosas, y demasiado importantes, que hoy apenas  podremos enunciar.

        Resumiendo a mi vez las tesis de ese cierto grupo de Cambridge-Yale, con objeto de enmarcar adecuadamente nuestra propia reflexión, se podría decir que la aparición de la escritura en la Grecia antigua fue mucho más que un avance técnico. Fue una auténtica revolución cultural, que se origina en la atención misma que requiere el esfuerzo de escribir, la calidad del alfabeto utilizado, con sus inevitables limitaciones, y la sintaxis de la lengua escrita, que impone igualmente ciertas condiciones al contenido de lo que se escribe. Para Havelock, y sus antecesores, ese conjunto de elementos materiales dio lugar nada menos que a la aparición de la razón, el sujeto individual y la moral pública (es decir, la filosofía y la política, la retórica y el derecho), lo que en conjunto significa la desacralización de la tradiciones orales después de Hesiodo y de Homero. En ese tránsito tiene lugar un episodio tan difícil de entender para nosotros como fue la condena a muerte de Sócrates por una sociedad democrática, y justamente en los umbrales del platonismo, con el que se inicia verdaderamente la cultura occidental. Para Havelock lo que sentencia a  Sócrates es una cruel paradoja: “Sócrates era un oralista apegado a la costumbre de su juventud , pero usaba el oralismo de una manera enteramente novedosa, no ya como un ejercicio de memorización poética, sino como un instrumento prosaico para romper el hechizo de la tradición poética, en cuyo lugar colocó un vocabulario y una sintaxis conceptuales”  (Op. Cit. P. 24). Más en concreto, la práctica de relaciones eróticas masculinas entre maestros y alumnos (o entre héroes y soldados) se basaba en el hechizo irracional de ciertas tradiciones que todo el mundo compartía, siempre y cuando no se convirtieran al lenguaje prosaico de la racionalidad, como pretendía Sócrates. En ese momento, tales prácticas se hicieron insoportables y Sócrates fue condenado, contradictoriamente, por corromper a la juventud. Es lo mismo que ha ocurrido durante siglos en el seno de la Iglesia Católica, o en El Islam, en cuyo interior las prácticas homosexuales están prohibidas, pese a que han sido siempre abundantes,  pero dentro del secretismo de lo sagrado. En cuanto salen a la luz pública, el homosexual puede ser llevado ante la justicia, como ocurrió el pasado verano en El Cairo, cuando un numeroso grupo de varones jóvenes fue conducido ante un tribunal por el “delito” de ser homosexuales, y condenados por ello.


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Videoteca
Entrevista en el programa `Saca la lengua´
Emitido el 19 de Noviembre de 2011 en la 2 de RTVE
Una breve visión de la biblioteca
El programa `El público lee´ de Canal Sur TV entrevista a A. R. Almodóvar a propósito de su biblioteca (25-09-2011)
La memoria de los cuentos
A. R. Almodóvar es el guionista de este documental emitido por TVE2 en el programa `Imprescindibles´ (18-03-2011)
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