Cuentos 'Correctos'
El cuento del mes. Revista Escuela Nov 2010

Un joven y agresivo editor llamó por teléfono a un autor de prestigio. Quería encargarle una colección de cuentos tradicionales, pero en versiones “políticamente correctas”. Incluso se atrevía a proponerle algunos juegos narrativos que le diesen la vuelta al argumento convencional. Por ejemplo, que escribiese “Un bello durmiente”.
-Ya existe -dijo el autor-. O mejor dicho, existía en la tradición oral, aunque con un nombre ligeramente distinto: “El príncipe durmiente”. Pero la presión pequeñoburguesa lo fue borrando de la memoria colectiva. También los hermanos Grimm suprimieron la segunda parte del modelo femenino, en la que la Bella Durmiente tiene que vencer innúmeras difi cultades, sin la ayuda de hombre alguno.
-Ah -manifestó el editor-. Y tras unos segundos: -Entonces, ¿qué tal un “Ceniciento”?
-También existe. Se llama “La flauta que hacía a todos bailar”.
-Caramba-. El editor, un poco molesto, contraatacó, con algo de sorna: -¡Pues una Pulgarcita! ¡O una Garbancita!
-Lo siento. No es por llevarle la contraria. Pero ese cuento se llama “María como un ajo”.
-¡Demonios! -se impacientó el otro-. ¿No irá usted a decirme que existe también una Caperucita feminista?-. El autor guardó un respetuoso silencio. Luego carraspeó un poco. Seguidamente, en un tono neutro, por no soliviantar a aquel atrevido editor, le informó:
-Exactamente es lo que ocurría en la tradición oral francesa. Ella sola, Caperucita, se escapa del lobo. No hay ninguna figura masculina salvadora.
-¿Y por qué desapareció esa versión, si puede saberse?
-Porque tenía un componente escatológico.
-Ah. Trascendental.
-No, escatológico de lo otro…
-¿Qué otro?
-De… caca. Mucha caca. Un nuevo hiato se apoderó incómodamente en aquella conversación-. No obstante, el autor arriesgó:
-Si quiere…
-No, no hace falta. No quiero porquerías en mi editorial.
La cosa parecía haber llegado a un punto muerto. Pero al cabo, el editor creyó haber descubierto la proposición definitiva:
-A ver qué le parece esto: una versión de Blancanieves donde ella establece un riguroso turno de tareas domésticas entre los siete enanitos: uno pone la lavadora, otro el lavavajillas, otro barre el suelo, otro hace las camas…-. Tras una nueva pausa, de honda respiración
esta vez, el autor decidió superar aquello al estilo Bartleby:
-Preferiría no hacerlo.
Al otro lado del teléfono se abrió un espacio como de la undécima dimensión del universo. Luego, para compensar, el autor sugirió:
-Pero puedo escribirle una “Blancaflor, la hija del diablo”. Es también un cuento feminista, de antes de que se inventara el feminismo-.
A lo que el editor, muy seguro de haber pillado en un error a su petulante interlocutor, apostilló:
-¿La hija del Diablo? ¿Y eso cómo es, si el Diablo al fin y al cabo no es más que un ángel caído, y los ángeles no tienen sexo?-. El autor se tomó otro respiro. Después, ya completamente harto, pero sin perder la calma, hizo su primera pregunta en aquella fastidiosa
conversación:
-¿Y a usted quién le ha contado ese cuento?


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Videoteca
Entrevista en el programa `Saca la lengua´
Emitido el 19 de Noviembre de 2011 en la 2 de RTVE
Una breve visión de la biblioteca
El programa `El público lee´ de Canal Sur TV entrevista a A. R. Almodóvar a propósito de su biblioteca (25-09-2011)
La memoria de los cuentos
A. R. Almodóvar es el guionista de este documental emitido por TVE2 en el programa `Imprescindibles´ (18-03-2011)
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