Machado, 75 años después

Hace unos días se presentó en el Ayuntamiento de Sevilla un libro, cuando menos curioso: La Ilustración Regional (1974-1976). En él, Manuel Ruiz Romero hace memoria y balance de una revista que, en aquellos años angustiosos, quiso ser expresión de algo que en España ha sido siempre poco menos que imposible: convocar voluntades diversas, y normalmente divergentes, cuando la situación política lo requiere. (Ahora, por ejemplo, haría mucha falta). Ya se contaban los meses, y aun los días, que le podían quedar al Gran Enfermo hasta desaparecer, pero realmente nadie sabía lo que podía pasar. Había que andarse con cuidado, pues todo intento democrático podía acabar de mala manera. (Al que esto suscribe, sin ir más lejos, lo acababan de expulsar de la ínclita Universidad hispalense). El director de la publicación, Ignacio Romero de Solís, un inteligente y avezado excomunista, supo juntar nombres de un lado y de otro, y la revista alcanzó los 16 números. Toda una proeza para esta clase de empeños. (Claro que con el respaldo y los auspicios del Banco Urquijo y de Soledad Becerril, que ya apuntaba maneras). Así y todo, es digno de recordación que en apenas dos años circularon por esas páginas opiniones de las más variopintas, en torno a un objetivo un tanto extraño: el de un regionalismo liberal que nadie sabía muy bien lo que era –yo sospecho que Ignacio tampoco– pero que creó un espejismo. El de que, al menos en aquellos tiempos transicionales, existía una derecha civilizada con la que se podía contar. La ilusión duró poco, sin embargo. Justo hasta que a don Manuel Clavero los suyos le hicieron la vida imposible, y tuvo que dimitir de ministro: otra proeza, inimaginable hoy. Luego fueron a por Adolfo Suárez. Y a Soledad Becerril la vimos finalmente aplaudiendo con entusiasmo a Manuel Fraga, el que fuera cachorro favorito de Franco, en el congreso fundacional del PP. El espejismo se había esfumado.

Estos recuerdos me llevaron a buscar en mi archivo el número 10 de la revista, que salió en junio de 1975, y que –gran casualidad–, dedicó un homenaje a Antonio Machado, con motivo del centenario de su nacimiento. Estos días estamos memorando los 75 años de la muerte del poeta en Collioure, aquel triste 22 de febrero de 1939, que puede decirse es la verdadera fecha final de la II Republica.

Pues bien, en ese número se pueden rescatar tres excelentes artículos; uno del llorado Fernando Ortiz, que parte precisamente de Collioure, de la imagen «de un anciano de andar lento, trabajoso y pesado. Un anciano que no pudo, o no quiso sobrevivir a la pérdida de España». Otro de José María González Ruiz, un clérigo progresista –¡también los había!– sobre La teología de Antonio Machado, en el que señala el contraste del ambiente liberal –y heterodoxo, hay que añadir– en el que se educó Machado, con el recio catolicismo vasco de Unamuno, entre otras sutilezas. Aurora de Albornoz –ya ven si había variedad– apunta a la conciencia social del creador de Don Guido, a partir de los bandidos caballeros / los señores, / devotos y matuteros. Poco antes la habíamos escuchado en la Facultad explicar con detalle cómo Juan Ramón Jiménez, en el exilio, se definía como «comunista». Hoy no se entiende, pero en aquel entonces, en aquella España de la esperanza y el miedo, había que echarle valor para decir estas cosas. Por mi parte, en ese número de la revista, me atreví a dar una voz de alerta: la del peligro de convertir a Machado en un ídolo –lo cual le hubiera molestado extraordinariamente–, y el de las apropiaciones indebidas que la derecha ha ejercido con frecuencia, e impavidez, sobre el poeta sevillano. Nada menos que todo un José María Escrivá, en uno de sus desfiles por la pasarela rampante del Opus, había traído a colación, poco antes, el «Caminante no hay camino…», para ilustrar su salvífica andadura, a las órdenes directas del Creador. Ahí es nada. Y siguen las casualidades. Un par de días después de que se presentara el libro de Manuel Ruiz, escuché al actual alcalde de Sevilla salir del atolladero en que su propio partido lo acababa de meter, con la cosa esa del liderazgo digital –de dedo– de la derecha andaluza, adivinen cómo… Exacto, recitando también «Caminante no hay caminos / se hace amino al andar…». Y ahí estamos, 75 años después.

Pero, por suerte, no todas los azares son tan insólitos. También ahora se cumplen los diez años de que se editaran los manuscritos del autor de Campos de Castilla, pertenecientes a la bien llamada Colección Unicaja, pues fue esta entidad (que, por cierto, no tiene imputados ni saqueadores, ni emitió preferentes) la que en 2003 nos dio el alegrón de pujar, y hacerse con las 770 páginas manuscritas que la familia Machado había decidido subastar. Por una vez, las universidades norteamericanas se quedaron con tres palmos de narices. Y las instituciones sevillanas, mirando.





Videoteca
Entrevista en el programa `Saca la lengua´
Emitido el 19 de Noviembre de 2011 en la 2 de RTVE
Una breve visión de la biblioteca
El programa `El público lee´ de Canal Sur TV entrevista a A. R. Almodóvar a propósito de su biblioteca (25-09-2011)
La memoria de los cuentos
A. R. Almodóvar es el guionista de este documental emitido por TVE2 en el programa `Imprescindibles´ (18-03-2011)
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