Gulliver desespera

Los expertos en la obra de Jonathan Swift, tal como habían temido, o quizás deseado, acaban de dar con otro capítulo inédito de las aventuras del señor Gulliver. Esta vez, el instinto les llevó a bucear en los archivos de la catedral de Saint Patrick, en Dublín, en el apartado de Manuscritos no Clasificados. Allí, hábilmente camuflado entre informes y cábalas de astrólogos y otras gentes de oficios vulgares, hallaron el nuevo y aún más sorprendente relato. Curados de espanto por los hallazgos anteriores (Gulliver en Rencorandia y Gulliver en Evidiápolis), no han tardado ni tres días en certificar la autenticidad del texto, como obra del inquieto viajero, fruto de otra estancia en aquel país de geografía atormentada; y de no menos sufridos habitantes, dominados de antiguo por una casta de papistas y caciques. Recuérdese, era el mismo, extraño lugar del extremo Occidente, donde la Justicia amontonaba años y años miles de casos sin resolver, lo cual no había impedido que dedicara cuantiosos recursos a perseguir a un juez justo. El título, eso sí, les alarmó: Gulliver en la tierra de la Desesperanza.

Sin duda ya no era la curiosidad, sino la compasión por aquellos infelices habitantes, lo que había movido al médico de Su Majestad a realizar un tercer viaje no recogido en la edición de su magna obra, esta vez para dar cuenta del estado de penuria en que mal vivían los más de aquellos. Al parecer, una suerte de rapacidad extrema se había apoderado de las finanzas de la nación. Tan extrema, que proporcionaba abundancia a unos pocos, mientras condenaba a la mayoría a la escasez de lo más necesario. No ya los menesterosos de toda la vida, sino personas de medianos recursos y oficios honrados, veíanse de pronto sin el mínimo sustento, aguardando turno en los comedores de caridad.
Dado que la riqueza del país había sido escamoteada en beneficio de unos cuantos, y en particular de banqueros sin escrúpulos y prestamistas extranjeros sin entrañas, el Estado se esforzaba en reducir cada vez más los servicios públicos, al tiempo que subía los impuestos a los que menos tenían. La educación, la ciencia, y sobre todo la medicina –lo cual sublevaba de manera especial al señor Gulliver–, eran llevadas poco a poco a un estado de miseria o de simple beneficencia. Algunos conseguían ser subcontratados en régimen de práctica esclavitud. Otros muchos perdían hasta el hogar, al no poder satisfacer los plazos de unas hipotecas infladas y engañosas.

Pero lo que más indignó a Gulliver fue conocer que en aquel apartado territorio entregar una vivienda por falta de pago no zanjaba el débito, sino que los bancos, luego de arrojar a la calle a familias enteras, que ya no tenían con qué pagar, les perseguían, a través de la Justicia, la cual les obligaba a seguir respondiendo hasta la extinción total de la deuda. Gulliver se enardece sobremanera con este asunto: “¡Pero cómo! ¿No tienen bastante con las llaves de la vivienda y han de perseguir a los desgraciados, hasta sacarles el último céntimo? He visto cosas extravagantes y curiosas en mis largos periplos, pero jamás pensé que una codicia tal pudiera darse en un país que se dice civilizado”.

Ya casi en la despedida, Gulliver se refiere a otro penoso episodio de la siempre increíble administración de Justicia de aquel país. Al parecer, uno de sus más significados jueces había empleado importantes sumas de dinero público en solazarse con algún amigo en lugares de recreo. Al serle requerida la necesaria explicación, se había encastillado en el secreto de su alto cometido. Así estaban las cosas cuando el viajero británico dio por concluido este capítulo, con esta descorazonadora despedida: “Hoy he dispuesto mi partida inmediata de este horrendo lugar, por no ver cosas peores todavía”.




Videoteca
Entrevista en el programa `Saca la lengua´
Emitido el 19 de Noviembre de 2011 en la 2 de RTVE
Una breve visión de la biblioteca
El programa `El público lee´ de Canal Sur TV entrevista a A. R. Almodóvar a propósito de su biblioteca (25-09-2011)
La memoria de los cuentos
A. R. Almodóvar es el guionista de este documental emitido por TVE2 en el programa `Imprescindibles´ (18-03-2011)
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