COPLAS EN 'LA CARBONERÍA'

A veces la cultura en Sevilla emprende derroteros insospechados. No bien terminada la Primera Fiesta de la Primavera (me refiero, naturalmente, a la Semana Santa) con estimables resultados para la alegría de la gente y del consumo (y con algún aviso importante de futuros peligros, que la autoridad competente debería tomarse, alguna vez, en serio) los amantes secretos de la poesía volvieron a encontrarse el pasado día 7 en “La Carbonería”, cómo no. Ya sabrán los iniciados que es ahí, en el territorio de Pisco, el hijo del gran Paco Lira, donde pueden y aun deben celebrarse los ritos propicios de esta tribu, más extensa de lo que parece. Poco les importa a ellos que los medios oficiales se den por enterados, y casi se diría que mejor no lo hagan. Esto va por otros caminos. Con la Red se bastan y sobran para convocarse, solazarse y reírse de la Cultura Oficial, esa demandante de incienso y azahar en cantidades cada día más inquietantes. Aquí, con una copa en la mano, una sonrisa en los labios, y el oído atento a los nuevos misterios del verso, basta. 

Fue así como se reunieron ese día, con lleno a rebosar, los amigos y seguidores de Paco Díaz Velásquez, que presentaba su nuevo poemario, de nombre paradójico Coplas de Nadie, editado cuidadosamente por Libros de la Herida (una de esas editoriales que resisten en grado heroico las inclemencias de los tiempos que corren). La ausencia del autor bien podría entenderse como una consecuencia lógica del título, de no ser porque una enfermedad bien cierta le impidió estar con nosotros. Él mismo, en escueta misiva, se explicó: “No deja de tener cierta gracia simbólica esta ausencia mía de hoy”. Para gracia, y sin tópicos, la de esta colección de coplas, que arrancan, con pura lógica machadiana, diciendo: “Las coplas con como el aire: / para poder ser de todos / tienen que no ser de nadie”.  

Pero no solo gracia –la cosa más difícil del mundo-, sino punzantes ironías: “Hizo Dios Nuestro Señor / un mundo muy ordenado: / puso a los malos arriba / dejó a los buenos abajo”; “No tengamos miedo, / afortunadamente / no somos eternos”; lirismo certero de Hay-Ku (si no fuera porque esto ya estaba inventado en la poesía breve castellana): “Alfileres de plata / son las estrellas / y un espejo redondo / la luna llena.” Y muy principalmente lo que me atrevo a llamar el modo cantado de estas coplas, a saber, aquellas que traen consigo la rotundidad del flamenco: “¿Cómo quieres que te quiera / si tú me has hecho pasar / el purgatorio en la tierra!”,  “Yo no te he pedío ná, / toíto lo que me has dao / ha sío por tu voluntá”, “No me tires de la lengua / y no me hagas hablar,  / que son muchas las cositas / que yo te tengo tapás”.  Como ven, dichas en perfecto andaluz, con sus apócopes y diminutivos traidores, habla única donde caben a molde los cantares nuestros. Como que uno diría: ¿Ah, pero esto no lo había cantado ya alguien? Y es sin duda el mejor elogio que se puede hacer de esta colección. 

Pero no nos dejemos llevar en demasía por las propias intenciones de Paco Díaz Velázquez, las de esconderse detrás de esta fluida maestría de soleares y seguiriyas. Que no hay detrás de ello ninguna máquina de cantar; en todo caso, una conexión profunda con el enigmático mundo de la poesía popular, una nueva página del tributo debido al folclore, como “cultura viva y creadora de un pueblo, del que habría mucho que aprender, para poder luego enseñar a las clases adineradas”, que decía Juan de Mairena.   Estamos, pues,  en presencia de un poeta culto (licenciado en Filosofía Pura por la Universidad de Barcelona, con afinidades repartidas entre García Calvo, Antonio Machado, Omar Keyyan…), que hace versos con vocación popular, y consigue parecerlo. Su taller, sin embargo, es laborioso, aunque no se note. Cierto que algunas coplas le vienen “de golpe y porrazo”, como él mismo dice; pero el conjunto, a poco que uno se fije, está muy secretamente trabajado, y muy directamente dirigido a hacernos sentir las contradicciones insalvables de nuestro universo mental, y pensar las razones del corazón que más deberíamos cuidar.     

El acto, por lo demás, tuvo momentos muy emotivos, con recitado de David Eloy y José María, los dos hacedores de este milagroso empeño editorial, las improvisadas ilustraciones de Patricio Hidalgo. Y la lectura por Carmen Camacho de un jugoso prólogo de Isabel Escudero que el libro lleva. Nunca, sin embargo, la ausencia de un autor tendrá tanto peso como lo tuvo esa tarde.     





Videoteca
Entrevista en el programa `Saca la lengua´
Emitido el 19 de Noviembre de 2011 en la 2 de RTVE
Una breve visión de la biblioteca
El programa `El público lee´ de Canal Sur TV entrevista a A. R. Almodóvar a propósito de su biblioteca (25-09-2011)
La memoria de los cuentos
A. R. Almodóvar es el guionista de este documental emitido por TVE2 en el programa `Imprescindibles´ (18-03-2011)
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