Excelente  y sorprendente, a partes iguales, la novela del joven autor asturiano Miguel Barrero. Con una prosa de muchos quilates, capaz de sostener periodos largos, sin concesiones a la velocidad con que escriben otros autores de estos tiempos –más pensando en el lector fácil que otra cosa-, Barrero se adentra en un relato sinuoso y potente, cuyo centro de gravedad es la enigmática personalidad de Fernando Pessoa. ¿Qué no se habrá escrito ya sobre el gran poeta portugués? Pues todavía faltaba la mirada de este escritor.  En torno a esa figura, la novela hace un recorrido histórico-literario del país vecino –tan cercano y tan lejano-, con ingredientes novedosos que ayudan a comprenderlo un poco mejor, y a plantearnos de nuevo, con más conocimiento de causa, la gran ocasión perdida –perdida por el maniático de el Escorial-, de haber configurado un país mucho más moderno y abierto a lo universal, algo así como una Federación  Ibérica –ya la propusieron los anarquistas- ,que nos habría ahorrado muchos disgustos. También Saramago acarició esa idea y más actualmente, Ian Gibson. Visto como está el patio, tal vez no sea ni demasiado tarde.

En fin, léanla si pueden, que les será de provecho.

(Alianza Literaria, Madrid, 2017. 203 páginas.)