Famosos al agua

De buena fuente, me hago sabedor de que existe un programa de la tele en el que famosos de variado espectro se tiran a una piscina, desde un elevado trampolín. Así de simple. Cantantes, misses, modelos… Por lo visto tiene mucha emoción ver a esas criaturas escalar la cumbre del miedo, pasear a cuerpo gentil sus modelitos de baño, unos sucintos, otros floreados, y hasta uno de volantes con lunares, me dicen, admirable. Todo sea por el espectáculo, digo yo. Pero yo, por lo que pueda ocurrirme, prefiero no verlo. Prefiero creer que es mentira, que en un país tan serio como el nuestro no pueden ocurrir esas cosas.

El Diablo, no obstante, siempre malévolo, me sopla al oído que se trata de una maniobra de distracción. Que mientras se produce uno de esos desatinos, media docena de familias son desahuciadas de sus viviendas, fuera de cámaras, y sin que algunos jueces se hayan leído todavía la sentencia del Tribunal Europeo ni el formidable decretón de la Junta de Andalucía. Probablemente andan distraídos con el siguiente saltador del trampolín. Mientras se desprende de su albornoz uno de esos inusitados deportistas, a redoble de tambor, tienen lugar entre diez y doce manifestaciones de protesta por una estafa bancaria de grueso calibre, más grueso que algún orondo zampullín del increíble programa. Que mientras una dulce gacela calibra estremecida el golpetazo que puede pegarse contra el agua, todo el mundo contiene la respiración y no se hace preguntas tontas, como, por ejemplo, de qué habrá hablado Rajoy con Mas y con Urkullu, fuera de cámaras también. Que mientras otro improvisado deportista traza en el aire su involuntaria parábola del estallido, a nadie le da por pensar que si hemos inyectado a los bancos 42.000 millones de euros y la cosa sigue sin funcionar, es que la cosa está mal enfocada. Pero los focos no están para perder el tiempo. Ahora de lo que se trata es de iluminar bien como otro saltarín, de buenos músculos, deja extasiado al respetable haciendo cabriolas en el filo de la tabla. ¿Quién, en fin, será capaz entretanto de preguntarse por qué Rouco Varela aprovecha la entrevista del papa Francisco con Rajoy para meter cizaña? ¿Cómo es que la Iglesia Española no se pronuncia, en tan buena ocasión, por los desahuciados, los parados, los estafados… y en cambio, como suele, se dedica a meter la nariz en la entrepierna ajena? Y vuelve a resonar el tambor, bailan los focos azules, y ¡plaf!, el gran chapuzón. Alguno habrá pensado: mejor que estalle un famoso que no otra cosa. Pero no, el famoso, la famosa, sale indemne del entuerto. Aplausos, vítores, alaridos de gozo. No crean, por favor, que siento animadversión alguna hacia ellos. Más bien, una pizca de piedad. Muchas de esas criaturas estarán en dique seco, qué cruel paradoja, y aceptarían lo que fuera.

Pero sigo sin dar crédito a mis oídos, ni al Maligno. Si tamaño espectáculo fuera cierto, habría venido este año a la Feria de Sevilla. Ya se habría pregonado por las esquinas ese circo insuperable, con la compañía de otros acreditados artistas. Pongo por caso, Rodrigo Rato, gran prestidigitador; Jesús Bárcenas, mago de la chistera; Arturito Mas, encantador de serpientes; Rouco Valera, payaso listo, etcétera. Pero ese circo no ha venido, y yo, por consiguiente, me atrinchero en que todo es un espejismo, un engañabobos, una triste fábula.




Videoteca
Entrevista en el programa `Saca la lengua´
Emitido el 19 de Noviembre de 2011 en la 2 de RTVE
Una breve visión de la biblioteca
El programa `El público lee´ de Canal Sur TV entrevista a A. R. Almodóvar a propósito de su biblioteca (25-09-2011)
La memoria de los cuentos
A. R. Almodóvar es el guionista de este documental emitido por TVE2 en el programa `Imprescindibles´ (18-03-2011)
Copyright 2024 Antonio Rodríguez Almodóvar
Todos los derechos reservados